miércoles, 4 de mayo de 2011

Mi ardiente norte. NORTHERN SOUL



"Recuerdo aquellos jóvenes anglosajones. Ladraban hambrientos en su búsqueda
de ligues, grupos ruidosos de rock and roll y lugares donde los sirvieran
coktails que los enervara asalvajadamente". Señora: No.

Paralelamente a la estridencia garajera y a la explosión de los grupos de guitarra, a mediados y finales de la década de los 60, la música negra se colaba entre los transistores musicales de las familias blancas, especialmente en Gran Bretaña. Obviamente estamos hablando, sobre todo, del Northern Soul.

Asociado al movimiento mod, el Northern Soul se trataba de un subgénero dentro del soul en pos de compaginar una electricidad rítmica que no ofrecía el soul de la motown, con la profundidad, sensibilidad y riqueza compositiva que el género conllevaba. La definida inquietud modernista en la búsqueda de artistas, grupos y sonidos que conformen el cuerpo total del iceberg de toda la música que escuchaban, hizo patente el interés de esa generación en ahondar en músicos del soul más oldie, desconocido y propulsor de alternativas musicales originales, sin perder de vista el omnipresente sello motown.

La devoción por este sonido y pertinente apertura cultural por parte de los jóvenes blancos (y negros) Británicos fue más notoria en el norte del país -de ahí Northern Soul- donde se dieron a conocer los clubs más exclusivos, conocidos y prolíficos de northern soul como "The Twisted Wheel", "The Wigan Casino". Siendo estos lugares verdaderos santuarios donde artistas y grupos como Ohio Players, Billy Preston, The Velvettes o Terry Callier llegaran a los oidos de todo aquel que quisiera acercarse.

Desde la voz en color, queremos revisionar en el próximo programa con todos vosotros todo aquello. El ritmo, el color y la pasión han llegado a La voz en color y amenazan con quedarse.

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